domingo, 30 de agosto de 2009

Bipolar

A veces creo que tengo un imán para la gilada. Estuve buscando media hora los cigarros, cuando los encontré me di cuenta de que se me había "transpapelado" el encendedor. Entonces, viva de mí (ojo eh) prendo la hornalla de la cocina con el magiclick que sólo tenia chispa, y acerco mi osico tosco y torpemente, con el pucho entre los dientes.
Sí señores, cuando fui al baño no sólo me cercioré de que tenia una ceja quemada, sino que además mi ojo izquierdo ya no gozaba de pestaña.
Conclusión: Nunca es tarde para agarrar a palasos la cocina.

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