Si yo la encontrara le partiría la cara a esa perra sin dientes.
Bueno, hola, ahora sí. Tengo ganas de tomar wisky. No sé que mi pintó, pero es la cruel realidad. Onda de agarrarme un pedo bien flippero, bien loco acá en casa. Tengo la leve sensación que tomaría del pico, no, es que de hecho quiero tomar del pico. Y además quiero escaviarlo mientras escribo y me fumo un pucho. Que se me ponga la voz bien gruesa y empezar a darle ordenes a mi marido mientras tipeo algunas historias un poco absurdas.
Me haría sentir bien, ahora yo no sé. ¿Qué nos hace sentir bien a las mujeres en tiempos como éstos de tanta violencia, machismo, sadomasoquismo, intolerancia, dejades humana y espiritual, promiscuidad y excesos?.
La respuesta es simple: Un wisky, un vaso para tomar wisky, un atado de cigarros, un consolador, un disco de The calefons (una banda que me pasaron la otra noche, muy bizarra, muy pum para arriba!) la tele de veintinueve y un dvd con Irene yo y mi otro yo. Me falta el wisky che, la puta madre. Ok, empiecen sin mí
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