miércoles, 9 de septiembre de 2009

Pueyrredon y Las Heras never mind

Hoy salí a caminar, con planes de pasar por el Favaloro a buscar a mi mejor amigo, pero no fue asi y mis artilugios se desviaron sobre la marcha. Me crucé a Diana Camacho en Santa Fé y las Heras, Dí (que así la llamaba en ése entonces) fue mi mejor amiga de la secundaria cuando yo repetí segundo año, mi compañerita de banco, mi primer beso lesbico por curiosidad y también complice de alguna que otra agarrada de mechas.
Ya estaba grande, y tenía el pelo teñido de rubio (siempre tuvo ese complejo de inferiodidad, en algún momento la iba a ver rubia!) y algo que me llamó demasiado la atención. Sí señores, portaba una terrible panza post parto, y no sólo eso, sino que un cochesito de bebé color salmón (siempre gozó de mal gusto, pero no pensé que la maternidad lo empeorara aún más)que me reafirmó que le habían llenado la panza de hueso previamente. Me conto que se quedó embarazada y el novio la dejó por lo cual con una enorme sonrisa forzada en la cara "decidió" ser madre soltera. Más que decidir se obligó, o la obligaron, fue una circunstancia de la vida, en fin. Me comentaba que su nena a la que llamo PAZ era muy tranquila, distinta a ella.
Y mi cabeza se remontó años atrás. Diana llegaba con su fernando con cola, y en alguna que otra oportunidad se mamaba en plena clase de filósofica jactandosé de que a la vida la veia distinta cuando tomaba. La habrán suspendido alguna que otra vez por encerrarse en el baño a fumarse un "porrito" y de un momento a otro se veia inmersa en peleas escolares con las negras inmundas de segundo quinta. Hasta llegó a revolearle un banco a la hija de remil putas de historia, que nos mandaba sin ningun reparo a Junio. Y hasta finjió demensia temporal con la profesora de cívica, a la que poco más obligó a renunciar, y a la cual le izo creer que yo era una loca enamorada del general PERÓN.
Por dios, como se da vuelta la vida.

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