martes, 1 de septiembre de 2009

La vecinita tiene anteojos.

Tengo la leve sospecha que los hombres poco satisfechos con su órgano sexual adquieren accesorios que van desde cepillos para el cabello hasta autos de tamaños, para mi gusto, bastante predecibles.
He aquí el ejemplo del tan típico reaggetonero de barrio, ése que se pasea por la Nueve de Julio situada en el pituquisimo municipio de Lanús en su auto-chatarra tuneada, con sus neumáticos bajos, sus lucesitas de neón, sus pinturas extravagantes y no olvidemos el estéreo con parlantes extremadamente gigantescos.
Lo más patético de toda esta secuencia que vengo relatando, es que los chavones bajan de sus fierros con terribles llantas, creo que podrían salir revotando cuan pelota de tenis. En cáda pie tienen al menos 200 pesos, dios santo, un día les voy a arrancar una pata para arreglarme los dientes. En fin, les juro que no me parece para nada atractivo ese estilo de hombres. Quieren canalizar la frustración de tener el pene más pequeño y la impotencia sexual más degradante del universo, comprandose todo ese tipo de chucherías pedorras, púta madre.
Siempre quieren el auto más grande, el estéreo más actual, los parlantes más enormes, las zapatillas más caras, porqué no se compran una vida? O se hacen una regeneración de pitulín y cerebro, dos por uno, conozco un par de cirujanos amigos que lo harían gratis por el sólo hecho de reírse un rato entre colegas.

1 comentario:

  1. ponete en su lugar, ademas de pelotudos ven su hombria en riesgo. es complicada la situación. a las mujeres les pasa. por eso exiten tantos objetos en el mundo, pensá el la cantidad de puestos de trabajo que eso genera, gracias a la cantidad de acomplejados., claro, no e slo mejor, seria mas lindo que vivamos en pequeñas aldeas.
    si, y te voy a comentar todo porque me caes barbaro.

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